Eran tablas de
madera a las que se les practicaba un rebaje que se rellenaba con cera que
posteriormente se ahumaba para que resaltasen las letras grabadas.
Estaban hechas
de madera o marfil y se escribía en ellas con un punzón de madera, marfil,
hueso o metal, llamado stilus.
Estas tabellae
ceratae se utilizaban, sobre todo, para los ejercicios escolares, cuentas,
borradores o algunos contratos.
Muchas veces
estas tablillas podían estar unidas con cuerdas o con cierres formando una
especie de libro; según el número de tablillas unidas se hablaba de duplices, triplices, multiplices.